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Ohara en la ciudad de Kyoto

Si te encuentras en Kioto y quieres disfrutar de un retiro espiritual, experimentar la belleza de la naturaleza japonesa y aprender más sobre la religión que va de la mano de las mayores leyendas del país, te recomendamos una pequeña excursión a Ohara. En el pasado, los habitantes de Kioto la consideraban un puesto remoto en las colinas al noreste de la ciudad. Hoy en día, se puede llegar a esta atracción turística en 40 minutos de viaje en el autobús de Kioto desde la estación de Demachiyanagi, al final de la línea Keihan, o se puede llegar en aproximadamente en una hora con el mismo autobús desde la estación de Kioto.

La particularidad de Ohara es que tiene su propio microclima, con veranos frescos e inviernos aún más fríos. Esto hace que sea un destino popular para las personas que quieren escapar de las altas temperaturas y el ajetreo de la gran ciudad durante la temporada de calor.

El pueblo de Ohara es una localidad rústica emplazada entre las montañas del norte de Kioto, a aproximadamente una hora de la estación de Kioto, aunque técnicamente se encuentra dentro de los límites de la ciudad de Kioto. La localidad de Ohara es especialmente conocida gracias al Templo Sanzen-in y es particularmente frecuentada a mediados de noviembre, durante la estación de las hojas de otoño, que normalmente tiene lugar una semana antes que en el centro de Kioto.

Al este de Ohara, el templo Sanzen-in ocupa parte de las montañas repletas de bosques. Este gran templo, con una variedad de edificios y jardines, fue establecido a principios del periodo Heian (794-1185) como obra del gran monje Saicho, fundador de la secta Tendai para el budismo japonés. Fue oficialmente nombrado Sanzen-in en 1871, según documentación escrita por el emperador Reigen en la sala Jibutsu-do de Kajii Goten (el edificio del templo), después de la salida del sacerdocio de un príncipe imperial. 

Cuando los visitantes de Sanzenin acceden por la puerta principal, recorren un conjunto de edificios conectados entre sí. La primera construcción importante es el Kyakuden (sala de invitados), donde se exponen obras de caligrafía japonesa y pinturas en puertas correderas (fusuma). Desde el edificio se accede al Jardín Shuhekien, un jardín tradicional japonés con un pequeño estanque y una colina.

El Shinden (sala principal), que está conectado con el Kyakuden por un pasillo, expone las estatuas de tres deidades budistas, la figura central de Buda Amida flanqueada por los asistentes Kannon y Fudo Myoo. Desde el Shinden los visitantes pueden disfrutar de la vista más famosa del templo Sanzenin: la sala Ojo Gokuraku-in vista a través de los árboles de arce y cedro a través de un jardín de musgo.

Una vez admirada la vista desde el Shinden, los visitantes atraviesan el jardín de musgo. Una atmósfera de tranquilidad impregna el jardín, y hay varias simpáticas estatuas de piedra que asoman entre el musgo. Así como el resto del templo, los jardines son especialmente impresionantes durante los colores otoñales, que suelen tener lugar a mediados de noviembre, aproximadamente una semana antes que en el centro de Kioto.

Desde la ciudad hasta el templo, la ruta está repleta de numerosas y pequeñas tiendas. Entre las especialidades que se ofrecen están los aisu kyuri, que son pepinos encurtidos en agua helada aromatizada con algas y que se sirven en un palo.

Además, en los alrededores de Sanzen-in encontramos templos de la secta Tendai. Son muy pequeños y normalmente tan solo tienen un par de edificios o un jardín. Si seguimos por el sendero que se encuentra a la espalda de los templos y avanzamos hacia la montaña arbolada, alcanzaremos finalmente la cascada de Otonashi. Aunque generalmente en esta zona hay menos atracciones turísticas. La principal de estas atracciones es el Templo Jakkoin, también de la secta Tendai. Este templo tiene una larga historia, pero lamentablemente fue gravemente dañado durante un incendio intencionado en el año 2000. Hay algunos comercios en los alrededores, aunque no tantos como en los de Sanzenin.

Una perforación realizada en 2004 en Ohara ha permitido a los ryokan (posadas japonesas) de esta localidad tener acceso a las aguas termales desde una profundidad de más de un kilómetro dentro de la tierra. En las inmediaciones de Jakkoin y Sanzenin hay dos ryokan donde los visitantes pueden pasar la noche y beneficiarse de los baños de agua termal al terminar un día de turismo. Quienes dispongan de menos tiempo pueden aprovechar el día para comer y bañarse en los baños.